Cada halley es único, presentándose como un par asimétrico e irrepetible, que juega con la superposición de placas y oxidaciones contrastantes, creando piezas con un carácter fuerte pero una estética delicada. El contraste entre texturas, colores y formas refuerza la idea de movimiento y transformación, reflejando la naturaleza impredecible del cometa que da nombre a la colección.
Halley celebra la creatividad sostenible y el impacto del detalle artesanal, donde el valor de cada pieza reside en su historia única, su imperfección intencionada y su belleza inconfundible. Una colección que invita a reflexionar sobre la belleza de la imperfección, el valor de la seguridad de lo hecho a mano y la armonía que puede surgir de la reutilización consciente de los materiales.